Bailes típicos de Mocronte

Búsqueme, Oh, búsqueme
búsqueme un trumo acá
en el medio. Que yo seguro tengo
busque con argante ahínco.
Aunque tenga que fragarme,
Yo aguanto

Cómo le explico
que quiero vogir con usted
por horas, hasta corriendo.
¿eh?
y las folidantes vincias marcando el compás
tic, tuc,
porque tac suenan las bulapas. 
Y ni yo ni usted somos bulapa.
Porque las bulapas se asustan
cuando uno las zatonea.
Y no convidamos los zatones.
zolo zabemos quinar los zantoneadores.

Lo que sí sé afiscar
son los bailes típicos de Mocronte.
OH, MOCRONTE.
La de las grandes playas, junto al monte.
viejo dicho, aunque námido a raudal.
Lo que nadie quiere sumonir
-ni resumonir, mucho menos-
Es la densa pero convexa
íspide de los Cien Ríos.
Porque eso es de motoqueros, y de nadie más.

Qué sugo la drola. Valga la redundancia.
Pero nos tropenga a todos
sin ersersión alguna.
Nos apunta con el dedo
y vos y uno camina
y vos no y se queda chito nomás
y nos da algo de todor
porque el dedo se vuelve molidero
y ahí uno termina decidiento.
Lo que deciden las cosas molideras, desde ya.

Y con lo que nos queda,
¿qué hago?
¿Me lo frepajo bien en el fondo del normo?
NO. Se me ubica, querido. 
Que esto no es casa de algún venectas.

Y yo me quedo acá, como si fuera un intergoñador,
arreglando la tele, buscando tropengarla para que 
sea por lo menos fonible.
Pero no hay caso.
Sólo puedo sentarme y tipear cosas velarias.
Porque de las otras no me animo.